Capítulo 6. Sistemas agroalimentarios sostenibles: dieta de la milpa en México
Sinopsis
El bienestar en el sistema agroalimentario de México es una preocupación crucial, debido al crecimiento acelerado de su población, proyectada a alcanzar los 138,1 millones de habitantes para el año 2030. Para abordar este reto, se estima que será necesario aumentar la producción de alimentos en un 14 %. Esto implica redirigir la política agroalimentaria hacia la creación de un nuevo sistema productivo, equitativo, saludable, inclusivo y sostenible que pueda enfrentar los desafíos futuros en alimentación y nutrición. México posee una rica diversidad de recursos naturales y cultivos que han sido parte integral de su identidad cultural y gastronómica durante siglos; sin embargo, enfrenta desafíos importantes en la distribución equitativa de alimentos, el acceso a una dieta nutritiva y el impacto ambiental de las prácticas agrícolas. En las últimas décadas, la producción agrícola ha experimentado un crecimiento significativo, pero también se ha observado un aumento en las importaciones de alimentos y materias primas, cambiando el papel del país en la división internacional del trabajo. Desde la década de 1990, la composición de las exportaciones agropecuarias ha cambiado, con un mayor protagonismo en cultivos de alto valor y demanda en el mercado internacional, mientras que se ha vuelto más dependiente de las importaciones de cereales. El sistema agroalimentario mexicano es complejo y diverso, abarcando todas las actividades relacionadas con producción, distribución, comercialización y consumo de alimentos en el país. A pesar de ser uno de los principales exportadores en el mundo, México enfrenta desafíos en desigualdad de acceso a alimentos nutritivos
y seguros, así como vulnerabilidad al cambio climático y fluctuaciones en los precios de los alimentos. El bienestar en el sistema agroalimentario implica asegurar que todas las personas tengan acceso físico, social y económico a alimentos suficientes y nutritivos para llevar una vida activa y saludable. Para lograrlo, es crucial abordar la desigualdad en el acceso a recursos y oportunidades, en especial para pequeños productores y comunidades rurales. Se necesita una colaboración estrecha entre Gobierno, sector privado, sociedad civil e instituciones académicas para implementar políticas efectivas y tomar decisiones informadas. La dieta de la milpa, basada en maíz, frijol y calabaza, es una opción valiosa y significativa para
la población mexicana, no solo como fuente de nutrientes esenciales, sino también como expresión de la cultura culinaria e identidad nacional. Promover esta dieta contribuye a la preservación de tradiciones culinarias y fortalece la conexión con la tierra, el territorio y la cultura. Valorar los alimentos locales y promover una alimentación equilibrada son aspectos fundamentales para consolidar la seguridad alimentaria y nutricional en el país. La gastronomía mexicana, reconocida como patrimonio inmaterial de la humanidad, refleja la diversidad, creatividad e identidad del país. Su preservación y promoción no solo fomentan el turismo gastronómico y la alimentación saludable, sino que también tienen impactos socioeconómicos significativos.